Pension Riquelme

Excelente establecimiento con ambiente muy pintoresco. Buena experiencia gastronómica acompañada de productos vitivinícolas de la zona. El gerente del local presenta una actitud muy humilde, sin importar el horario de salida.
Advertencia: Hay que tener cuidado con el gato, aunque es tranquilo conviene no excederse de su bondad ni romper sus hábitos de descanso.

Un sitio muy acogedor perfecto para invierno. Hay estufa las 24 horas, televisor plasma con Netflix, Prime Video y demás.
El mueble bar siempre esta lleno y además se permite fumar.
Totalmente recomendable.

Sitio perfecto para pasar un buen rato. Acojedor, con un gato que te enamora des de el primer momento y un casero muy serio y responsable, pero a la vez divertido que cocina, trabaja, estudia... Lo tiene todo.
Te cocina unos macarrones como te monta un riego.

Toda una experiencia, muy recomendable. Menús variopintos y estancias nocturnas que pueden depararte desde un buen brandy en época invernal, a un magnífico vino o a una increíble aventura en cualquier época festiva. No recomendable durante la semana de Fiestas Mayores de Batea, mucha dificultad al dormir a causa de otras habitaciones "ruidosas".

Un lugar muy entrañable, el casero muy simpático y el gato muy tranquilo.
El casero a veces te entra en la habitación a media noche pero no pasa nada, es solo para saludar.
Muy recomendable

Ubicación perfecta, cerca del centro de la vila. Amplia zona para el descanso de su vehiculo. Pensión muy confortable, decorada con objetos antiguos pero con un aire grecoromano que me hizo sentir como en casa. La comida riquísima aunque me tocó compartirla con el gato, el jefe de la pensión.

Experiencia inmejorable. Siempre que he ido, me he sentido como en casa. Lo mejor, sin duda, el anfitrión, cuenta historias que no dejan indiferente a nadie.

La experiencia bien, pero había una muñeca tamaño real que me miraba raro mientras dormía y el gato se dormía en mi maleta

Buena comida pero el dueño es un poco raro.

Buen sitio para ver Titanic