Hotel Don Iñigo de Aragon

Absolutely amazing place..
The staff is very helpful and personally going out of their way to help you with anything they can. Highly recommend this place .This is a perfect stress relief.

Hotel perfecto para pasar unos días en tranquilidad, con tu pareja, sol@, con familia o amig@s. Desayunos muy top y cenas muy ricas. Todo producto de proximidad y de gran calidad. Es una maravilla que haya lugares así donde la tranquilidad, la buena gente y bienestar se unen para que tú estancia sea magnífica 😍 gracias

Visitamos el hotel hace 14 años, antes de nacer nuestro hijo. Y ahora queríamos vivir la experiencia con él. Le ha encantado el enclave del hotel, su bonita decoración, el apartamento, el spa.
En el pueblo hay pista de pádel, campito de futbol y básquet y sobretodo unas preciosas excursiones por los alrededores.
De la mano de Nerea la gerente y Jorge su marido, nos hemos sentido cariñosamente tratados y en una calma total. Ideal para disfrutar de un lugar acogedor y un trato amable, la desconexión del estrés de la ciudad fue total.
Su salon con chimenea y un libro (con Ángel siempre atento al 🔥) no tiene precio. Y el delicioso desayuno servido con cariño por Sofía, con productos dulces y salados de la zona, sin desperdicio.
Menuda cura para el alma...cuanto os echaremos de menos.
Don Íñigo de Aragón en Las Cuevas de Cañart, pocos sitios te pueden sorprender más.
Gracias por todo, sois maravillosos!!
M, M y N.💞

Un remanso de paz. Volvería otra vez sin dudarlo. Habitaciones amplias y silenciosas con cocina. El personal muy amable y un pequeño bar en el propio establecimiento donde se reúne la gente del pequeño pueblo y discurre la vida social. Existe también la posibilidad de disfrutar de un espacio de hidroterapia y gimnasio para quien le interese.

Hotel encantador en un recóndito pueblo de Teruel, ideal para desconectar, disfrutando de la naturaleza y la tranquilidad. Las habitaciones con vistas al monte son geniales, y el desayuno está bastante bien. Todo el personal es muy atento, te hacen sentir especial.
Yo ya he ido dos veces con mi pareja, una en una escapada de fin de semana y otra en un viaje en moto, porque está próximo a la Silent Route. Aún nos quedan sitios por descubrir en la comarca, así que muy probablemente pronto repetiremos.

Un hotel precioso, las habitaciones amplias con cocina u un pequeño balón un spa muy completo y bonito y la gente maravillosa. Nerea es todo un amor. Se preocupa por tener con los huéspedes una atención 10. Simpatia inmejorable. Desayunos con productos del terreno muy bueno y cenas aunque frias nada que envidiar a las calientes. Cuidado en los máximos detalles de su época.
Sitio ideal para desconectar y relajarse. Muy recomendable. La estancia se te hace corta.

Sin lugar a dudas un acierto. La atención por parte del personal es de 10. Nerea nos trato como si estuviéramos en casa. Las habitaciones son muy grandes y está todo muy limpio. Nos dio todas las facilidades desde el primer día que reservamos con un trato muy cercano y atento.

El Hotel Don Íñigo de Aragón se encuentra en un pueblito medieval con mucho encanto rodeado por montañas, lo cual resulta muy acogedor para aquellos que buscamos desconectar de las grandes ciudades.

La habitación en la que nos hospedamos era muy grande y tenía cocina propia, además pudimos elegir terraza con vistas a las montañas para disfrutar de la experiencia completa :)

A parte de ser un hotel, tiene un spa con todas las prestaciones necesarias para pasar unas horas relajado.

De momento, al ser un nuevo proyecto, sólo disponen de comidas frías pero merecen la pena, además, tomar una cerveza en cualquiera de sus terrazas es un pequeño placer.

Gracias a Nerea, a Jorge, y a todos los trabajadores por estar tan pendientes y cuidar todos los detalles; cuando las cosas se hacen con pasión, acaba dando sus frutos.

Volveremos seguro! :)

El hotel se encuentra en un entorno privilegiado rodeado de relieve montañoso, cuya entrada está ubicada en una acogedora plaza con una iglesia barroca; por lo que todas las habitaciones ofrecen buenas vistas. Nosotras nos alojamos en una con terraza orientada a la montaña, donde pudimos leer tranquilamente. También disponía de cocina por lo que puedes hospedarte de forma más independiente si así lo deseas.
En las terrazas comunes que tiene, tanto en la plaza mencionada como en la zona interior, donde también está el comedor; se está muy a gusto. Aconsejo la posibilidad ofrecida con la habitación de desayuno, es muy abundante: zumo, café, yogur, tostadas, tomate, embutido, dulces variados...
A nivel arquitectónico tiene su Historia, ya que se trata de la casa de un antiguo caballero que fue rehabilitada por los antiguos gestores del hotel. Acorde al resto de conjuntos de interés arquitectónico e histórico propios del paraje natural de Cuevas de Cañart.
El spa se diferencia del resto de complejos turísticos con este servicio donde me he albergado en que no está enterrado o semienterrado, sino que tiene grandes ventanales que enmarcan un paisaje montañoso donde se hace muy apetecible estar. El circuito cuenta con más actividades como gimnasio y solárium, lo cual hace que la experiencia sea bastante completa y no repetitiva; y el suelo es de madera lo que aporta calidez a la estancia.
La atención y el servicio han sido inmejorables; Nerea y Jorge han sido encantadores, al igual que Ángel.
Añadir que las personas del pueblo han sido muy simpáticxs y agradables con nosotras; mención especial a Lucía, Marcelo e Izan, de las piscinas.
Recomiendo si se quiere hacer algún deporte, contactar con Sergio. Nosotras hicimos nuestra primera vía ferrata con él y estamos muy contentas. Sabía mucho y nos enseñó pacientemente, fue majísimo.
¡Repetiremos todo seguro!

Habitaciones muy amplías, la nuestra disponía de un estar con cocina y una pequeña terraza.
Disfrutamos del spa con vistas a la montaña, lo que es un lujo, increíble que puedas disfrutar del relax y del silencio en esa ubicación.
El desayuno tipo buffet muy rico con productos de la zona.
La pena que no cuenten con cocina para poder comer o cenar en el hotel, pero te preparan algo frío.
Merece la pena parar si visitas el Maestrazgo.

Precioso hotel, con habitaciones dotadas de cocina. lugar ideal para desconectar. Destacar la amabilidad de los empleados. Ubicado en la zona del Maestrazgo, con muchos lugares para visitar y hacer todo tipo de actividades, senderismo, escalada, rutas de bicicleta ...

Muy bonito, muy tranquilo y muy agradable, tiene un pequeño spa, un pequeño gimnasio, familiar, y hogareño, gente muy simpática y muy agradable, muy tranquilo y mucha tranquilidad, habitaciones grandes y amplias, muy limpio, microondas, nevera, fregadero, cocina inducción, aire acondicionado, radiadores / calefacción para el invierno, amplio y gran baño, lo recomiendo, para repetir

Un hotel precioso, la restauración del edificio, los muebles, los objetos antiguos, es un museo. La atención del personal inmejorable, muy detallistas y pendientes de hacerte la estancia cómoda. Además conocedores de la historia del hotel y de la zona. El desayuno y la cena fría muy bien. El spa perfecto, con unas vistas a las montañas muy relajantes. Además nos sorprendió el detalle que al pagar nos dieron un descuento para la próxima vez, que seguro vamos a aprovechar.

Un hotel precioso, con una decoración cuidada al detalle, elegante. Todas las estancias muy acogedoras.

El sitio y el entorno mágico, con el encanto propio del Maestrazgo, digno de ver con tus propios ojos.

Pero sin duda, para mi, lo más destacado y lo que le da esencia propia es la calidez y el trato del personal. Gente joven con ganas de trabajar y luchar por mantener vivo el medio rural. Gente cercana, detallista, amable y emprendedora.

Una experiencia súper recomendable. Repetiremos estancia seguro

Fui con mis padres con la idea de conocer la zona del Maestrazgo, no habíamos estado nunca. Personal muy atento y amable, nos contaron y nos indicaron todo lo que podíamos visitar los días de nuestra estancia, incluso nos recomendaron dónde podíamos comer y qué tipo de comida. De lo mejor del hotel, el entorno y las vistas. Habitaciones muy grandes y con todo lo que un aparta-hotel necesita. El spa está estupendo, y tiene unas vistas a la montaña increíbles. Servicio de bar con tapas variadas de productos de la zona, riquísimos. Repetiremos pronto seguro.

Un lugar muy bonito y tranquilo. Las habitaciones amplias y limpias. El personal amables, simpáticos, educados y atentos.
No dudaré en volver si vuelvo por la zona.
Imprescindible, el desayuno.

Apartahotel estupendo! El trato del chico de recepción de 10, gracias. Cogimos una oferta por weekendesk con dos noches, desayunos, spa y visita por el pueblo. La habitación genial, por poner una pega la almohada un poco fina, por lo demás bien equipada y muy confortable. El bufet del desayuno un poco escaso pero lo que tiene muy rico. Las vistas son un espectáculo. El spa genial, no es grande pero tiene de todo para relajarte.
La situación del pueblo un poco escondido pero alucinante, vale la pena ir.

Excelente hotel, con encanto y con spa, donde estuvimos en la gloria, magnífica experiencia que repetiremos sin duda, agradecer a Nerea su atención y amabilidad, nos sentimos como en casa

Habitaciones fantásticas, grandes, super limpias, etc.... El desayuno de calidad, cantidad y muy variado. La atención espectacular. Volveremos con más tiempo para usar el spa con vistas a la montaña. El hotel por lo general precioso.
Recomendado al 100

x 100

El hotel, a pesar de que lleva poco tiempo abierto, funciona a las mil maravillas. Una casona elegante, coqueta y limpia ubicada en un pueblo precioso con un entorno natural espectacular. El SPA está muy bien y es muy completo.

Pero lo mejor de todo es el servicio. Espectacular el equipo que regenta el hotel y la manera en la que se vuelcan en dar un servicio excelente.

Ha sido mi primera estancia en la zona y he llegado allí de rebote pero, sin duda, volveré a Las Cuevas de Callart y me hospedaré, sin duda, en el hotel Don Iñigo de Aragón.

Me han servido un fantástico desayuno, preparado con productos de la zona y mucho mimo y, además, me han entregado un pequeño obsequio junto con una carta de agradecimiento, al abandonar el hotel.

¡Gracias a Nerea, María, Daniel y Jorge por esta fantástica estancia!