Venta Patrite

Good food & friendly service
I recommend wild pork

Simplemente espectacular. Sitio peculiar donde los haya, en la puerta del Parque Natural de los Alcornocales. Tal como llegamos nos pusieron unas aceitunas caseras aliñadas y unas papas aliñadas. Hay que pedir el Refrito de Esparragos sí o sí, plato estrella de Patrite, y después algo más y solo algo más. El Refrito es una especie de ajo caliente servido en un lebrillo antiguo de madera...comida super casera con muchísimo sabor..., y fantásticos postres caseros, y muy buenos precios...un imprescindible...hay que pagar en efectivo...

Un sitio para comer como pocos quedan, de atención familiar, en un entorno único y unos salones como toda la vida han sido estas ventas. Hemos comido según las recomendaciones de la casa, estaba todo espectacular de rico, no tardan en servir los platos nada. Sin duda repetiremos con más familia. Hay que reservar con tiempo porque está siempre lleno. Un 10 en todo.

Fuimos tarde y la cocina estaba cerrada. Aun así nos sacaron un menudo Pa matarse un salmorejo exquisito y una carne de venado muy buena. También pedimos chicharrones que para mi gusto estaban algo duros. De postre nata con nueces que es muy recomendable. Ambiente de venta de carretera. Todo muy casero. No se puede pagar con tarjeta

Todo fabuloso comida buena buena y cantidad servicio inmejorable y buen ambiente y además con aparcamiento

Es un sitio maravilloso a mí me ha encantado ,el sitio estupendo y el desayuno ni te cuento super bueno.

Naturaleza, comida casera y todo el encanto de un trato cercano y amable. En pleno corazón del parque natural de los alcornocales, se sitúa este idílico templo de la comida de siempre. Las albóndigas de venao, sublimes. El refrito con el que ilustro la reseña, con el sabor de cuando la verdura sabía a verdura. Las carnes espectaculares, y si todavía te ha quedado un hueco, te puedes quedar a disfrutar durante la merienda de unos deliciosos buñuelos.

Repetiré...

Sitio de toda la vida, na como ir a tomar café con buñuelos.
Al lado tiene una ruta, la de Los Molinos, merece mucho la pena.

Venta típica en una localización muy tranquila. Buen y amable servicio de sala. Sirven rápido. Precios económicos. Comida muy bien cocinada y con mucho sabor. Recomendable dejarse aconsejar por los camareros. Nos llevamos muy buena experiencia. Recomendable y para volver.

Comida, ambiente y servicio muy familiar, cocina tradicional con ingredientes de primera. Precio más que razonable.
Del ambiente lo mejor, el trato y que no hay wifi, lo único malo es que no se puede pagar con tarjeta.
La experiencia con niños también muy recomendable.

Nosotros es la primera vez que vamos y la verdad es que nos ha gustado. Hay que reservar. La comida es casera y está todo muy bueno. Hay que tener paciencia y no ir con bulla a la hora de ir porque se llena y como bien dice allí los camareros no vuelan jajaja .. ellos te atienden muy bien. Lo recomiendo.

Descubrí esta venta hace ya más de 20 años. No es un lugar que coja de camino. Hay que ir allí expresamente y os puedo asegurar que merece la pena. Aconsejo hacer reserva porque es habitual que esté lleno. Conserva muy bien todo lo que una venta antigua de carretera (para mi gusto) debe tener, incluido el precio y el ambiente. Para aquellos que son insaciables comiendo, no saldrán decepcionados. La comida está de rechupete. Una vez que la pruebas te aseguro que volverás para repetir.

Aún quedan ventas de las de antes y Venta Patrite en Alcalá de los Gazules (bueno, en las afueras de Alcalá) es un ejemplo de ello. Llegar y que Ana, la ama y señora se coja una silla y se siente en tu mesa para decirte literalmente “tenéis mucha hambre? Pues vais a comer una tapita de chicharrones (2,50€) y un refrito (10€) y punto pelota, ni carta ni opción a réplica, y allí llegaron los chicharrones aún calentitos que con ese pan moreno para mojar en el aceitito bajo ese sombrajo paraban el tiempo hasta que apareció Ana con ese mortero repleto de refrito de espárragos, una especie de sopa de tomate con espárragos y ese toque a cocido de pueblo que levantan a un muerto!. No he dicho nada de las aceitunas aliñás? De vicio! Todo termino con el único postre, compota de membrillo que me recordaba a las manzanas al horno de mi madre con ese almíbar, sabor a canela y clavo, vamos que he chupeteado el cuenco antes de tomarme un café solo de pucherete al que Ana me ha invitado. invitado dice!! Si hemos pagado 20€ los dos por este homenaje de Venta que nos hemos pegado. Larga vida a Patrite y a su Ana que es el Alma de la casa.

Llamé el domingo temprano para reservar mesa y como estaba todo lleno nos dijeron que podíamos comer en el segundo turno que era a partir de las 15:15. La verdad es que ha merecido la pena esperar, ha estado toda la comida de 10, el trato recibido muy bueno tanto por la chica como por los chicos. Esperamos también para probar sus buñuelos que están de muerteee. Solo una cosa que me llama la atención es que no hay ninguna carta de precio ni de comida para poder orientarte de lo que te va a costar la comida, así que nos tenemos que fijar de ellos.

Imperdible. Está en un lugar envidiable, en pleno campo y al comienzo de la ruta de los molinos de agua que se recomienda hacer antes de almorzar para llegar con buen apetito. El local tiene una terraza muy cómoda, el personal súper amable y cercano. En cuanto a la comida..... De lo mejor que he probado hace mucho, platos que lamentablemente ya en muy pocos sitios saben preparar. Pedimos el refrito de espárragos (una especie de ajo con espárragos trigueros) muy bien servido en su lebrillo para majar al gusto; carrillada de cerdo, Albóndigas con tomate y venado en salsa (no tengo palabras para los tres), Salmorejo, croquetas CASERAS y un plato de papas con huevo y chorizo para hacerles un cuadro... De postre tarta de natillas, arroz con leche y tarta de la abuela.... Exquisitos y por supuesto todo casero. En la cuenta hubo un error que muy AMABLEMENTE (cosa que últimamente en la hostelería escasea bastante esto último) enmendaron corrigiendo y además con invitación a buñuelos que por capacidad en nuestros estómagos tuvimos que declinar. Por descontado volveremos.

Espectacular, el Gazpacho caliente. Un sitio con encanto y en plena naturaleza para los que huimos de la ciudad. Comida de *Campo por derecho*♥ recomendable al 200%

Fantástica venta, un personal muy agradable, la comida más que riquísima. Todo casero. Nos encantó todo lo que pedimos, no sabría decir con qué plato quedarme. El revuelto de la abuela estaba exquisito, los callos con un sabor inmejorable, la carrillada se desacia en la boca y las croquetas riquísimas... De postre pedimos la tarta de galletas de la abuela para compartir por probar algo... porque estábamos llenitos... y estaba de muerteeeee q textura de galletas... q suave ese chocolate 🤤🤤 Seguro que volveremos para probar otros platos que nos quedamos con ganas de probar... aunque a la vez con ganas de repetir los mismo porque como os he dicho nos encantó todo.😊😊

Para un día de lluvia y un buen paseo por esa sierra, se agradece llegar a la venta y tener una buena comida con un equipo super agradables, y con la suerte te estar en el cumpleaños de Francisco alista el Paco 😅 GRACIAS chicos por vuestro servicio. Y cocina un 10🙏

Poco que añadir a lo dicho. Comida casera, trato excepcional por parte del personal y unos platos magníficos. En especial, el refrito, que no lo conocía, y me ha sorprendido gratísimamente. Una lástima que viva muy lejos del lugar, y que en este viaje me quede lejos, porque si no, iría muchísimo más. Lo merece.

Una buena opción para comer junto a la ruta de los molinos en Alcalá de los Gazules. La comida conserva el estilo totalmente casero que puede llegar a crear nostalgia de lis platos tradicionales. Probamos el refrito, el venado en salsa, las albondigas de venado, lágrimas de pollo y postres caseros (mouse y tarta de chocolate, arroz con leche y tarta de natillas). El café es de pucherete. Es recomendable reservar y llevar dinero en efectivo ya que no hay cobertura para pagar con tarjeta.