Casa Encarna Alfoz

Estuvimos 10 días en Agosto, 6 adultos y 6 niños. Las instalaciones están genial. La cocina-salón exterior, junto con el baño y la terraza techada fueron claves para disfrutar del tiempo mientras los niños jugaban por la terraza y el jardín.
La zona es muy tranquila y bien ubicada para ir a la playa o de turismo. La propietaria es muy amable y atenta. Nos sugirió varias visitas y zonas para comer.

Casa reformada, tranquila y en perfectas condiciones en un entorno inmejorable para pasar un fin de semana en familia o con amigos.Muy cerca de cualquier punto de la mariña lucense, ideal para visitar todas las zonas de la costa.La dueña majisima y siempre muy atenta.

Esta muy bien para hacer turismo rural, bonitos paisajes

Tranquilo y accesible

La casa es amplia, el primer piso es más antiguo;pero, no está mal. El segundo piso es más moderno y las habitaciones más amplias. En general la casa está bien, tiene barbacoa, una cocina auxiliar en el exterior, mesas, sillas, tumbonas, está bastante bien equipada. Tiene dos baños completos uno en el primer piso, y otro en el segu do, saliendo al exterior, en la segunda cocina, tiene un tercer baño completo. Además cuenta con un amplio jardín.
Los dueños muy atentos.
El mayor problema es la granja de vacas que tiene a escasos metros , por momentos,el olor es bastante molesto, y había bastantes moscas

La casa es grande y alberga bien a seis personas, aunque la habitación de dos camas del piso de abajo resulta pequeña para adultos. El piso de arriba esta completamente reformado y es amplio y bonito. El piso de abajo es más antiguo y la cocina es algo pequeña para 6 personas.

La casa no había sido limpiada en profundidad, de hecho, encontramos chicles en varias partes de la casa, así como mucho polvo y suciedad. El baño de arriba tenía goteras, y aunque vino el fontanero (con mucha rapidez) el problema no se solventó del todo.

Por otra parte, y desde mi punto de vista es el peor problema, está situada junto a una granja de vacas que desprende un olor bastante desagradable, lo que limita la posibilidad de ventilar la casa debido al olor que penetra en la misma, así como a las moscas que se cuelan sin cesar.