AT La Casa de San Andres

Casa verdaderamente rural enclavada a las afueras de Arriondas, en plena naturaleza y con unas vistas de quitar el hipo. Propietario detallista que nos regaló chuches para cada mascota, y para los niños que venían al viaje, y un estuche de sidra para nosotros. Madera y piedra, un coqueto jardín, limpio, acogedor, y con todas las comodidades, una relación calidad-precio excelente. Jesús, amabilísimo. Muchísimas gracias por una experiencia tan bonita y agradable, me ha dado mucha pena tener que dejar la casa!!

Maravillosa estancia en un enclave en plena naturaleza, muy cerquita de Arriondas. Jesús, el dueño nos ha recibido con los brazos abiertos y ha sido muy amable, dejándonos un detalle para nosotros y para nuestros hijos peludos, ha sido muy amable.
Repetiremos seguro, nos ha dado una pena enorme tener que partir ,es un lugar para descansar y desconectar que nos ha encantado.
Gracias por todo!

Cerca de la poblacion y de todos los servicios pero tranquila y con intimidad, rodeada de naturaleza. Con todas las comodidades pero sin perder la esencia de la piedra y la madera elementos tradicionales de la epoca en que fue construida.

En plena Naturaleza el entorno es acogedor a tan solo 1000 metros de la población

La casa está bien, pequeña pero con todo lo necesario. El jardín muy bonito y su localización inmejorable. El trato del dueño muy bueno. En el piso de abajo se escucha todo lo que pasa arriba; conversaciones, pisadas.... realmente incómodo.

Tenía reserva para tres noches y a la primera nos hemos ido. Sábanas llenas de pelos, almohadas sucísimas, baño con moho y pelos, muchísimo polvo, azulejos llenos de salpicones, el microondas con moho verde dentro, los platos con restos de comida, los vasos con restos de labios, la colcha con manchas...Para rematar, hay un fuerte olor a humedad y se escucha mucho los pasos de los de arriba. No lo recomiendo. Jesús es muy amable, pero creo que le da igual porque siempre habrá alguien que pique.

Nada recomendable. Telarañas del tamaño de mi mano, con sus tejedoras dueñas por supuesto. Crujidos de pisadas de arriba constantemente y se oye toda la conversación, olor a humedad en toda la casa, colchones que debieran haber renovado hace 10 años, mampara rota, extractor del baño con una capa de pelusa que lo cubre. A mí hija se le ha caído un juguete debajo del sofá y cuando lo hemos recuperado traía adosada una pelusa enorme. Por decir algo bueno, el trato del dueño y la ubicación, pero la estancia en la casa de los ruidos no compensa.

Son las 4.17 de la mañana. Maderas que crujen, niño llorando, cremalleras que se abren, pisadas...eso es lo que se oye del piso de arriba por no estar insonorizado. Desaconsejo totalmente el alquiler de esta casa. Lo que era un fin de semana de tranquilidad se está convirtiendo en una tortura. Tengo que decir que el trato del dueño es excelente... pero aún así no alquiléis la casa de abajo.