La Casa del Humo

Impresionante muestra de arquitectura popular altamente recomendable su visita organizada por la junta vecinal.

Lugar muy interesante y digno de visitar para conocer cómo se vivía antaño en zonas de montaña como ésta. Los vecinos del pueblo hacen un buen trabajo conservando la casa para que no se degrade, e Iria una magnífica labor dando voz y visibilidad a este y otros inmuebles y elementos de patrimonio de Lois (la Catedral de la Montaña, la casa solariega...) mediante sus entretenidas visitas guiadas. Muy recomendable!

Horario de las visitas:
11 a 14 h
17 a 20 h
Las visitas duran unos 50 minutos y comienzan a las horas en punto. Comienzan en la puerta de la Iglesia.

Impresionante pueblo de la provincia de Leon, Lois para visitar

Si tenéis tiempo es una visita curiosa.

Por cierto, cuando entréis en la casa, pensad que en esa casa vivieron siete personas y todavía os sobrecogerá más.

Una casa con peculiar historia. Alberga un negocio de venta de productos artesanos con carácter hindú.

Impresionante casa de pueblo de montaña con al menos 200 años de antigüedad, que se caracteriza porque hacían fuego en el suelo, que servía como calefacción y para cocinar. No tenía chimenea por lo que el humo se ha quedado impregnado en paredes y techo creando estalactitas.

Gran lugar, merece la pena la visita, que por cierto es gratuita. La guía muy amable, nos lo explicó con todo detalle y sin prisa.

Hay que verlo

Muy interesante.

Ni te lo imaginas, que casi en el siglo XXI aún hubiese gente que pudiese vivir en un sitio así...

Impresionante

Casa muy curiosa que se conserva tal y como la tenía su último dueño.

Techos totalmente negros por el humo y curiosos de ver, además del olor a humo que se percibe.

La entrada cuesta dos euros y la guía fue muy amable y nos explicó todo muy bien.

Curioso lugar para visitar, un pedacito de las costumbres e historia de la zona.
Casa típica de la zona conservada tal y como era hace años hasta su último dueño.
Impresiona la forma en la que vivían, con la hoguera dentro de la casa que deja los techos y las paredes convertidos en una capa de humo. Aún se mantiene el olor.
Merece la pena pasar a visitarlo.

Merece la pena verlo, aunque sólo sea por ver el tejado de paja de centeno, pero si encima coincidimos con María (la guía local), es una auténtica maravilla. Da gusto lo bien que nos explicó todo.
Muy recomendable.